jueves, 19 de noviembre de 2009

FIESTAS DE ANTAÑO

AQUELLAS FIESTAS DE ANTES


         1924.- Destacó en las fiestas de este año la entronización, en las escuelas, de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús; este acto se celebró el 30 de junio.

         1929.- El día de San Pedro hubo misa oficiada por el M.I. señor don Olegario Martínez, canónigo magistral de la Catedral de Jaca, ayudado por el padre Ruperto de Arizaleta, superior de los capuchinos de Sangüesa, y por el párroco de Burgui, don Joaquín Eslava. La parte musical de esta ceremonia corrió a cargo del organista Jesús Berro.
         El domingo, siguiendo la costumbre de años anteriores, se celebró la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús con misa y procesión, hallándose engalanadas las calles del recorrido; dentro de la comitiva religiosa acompañaban a la imagen del Sagrado Corazón el quinteto musical “La Armonía”.
         Al margen del aspecto religioso fue destacable el importante número de forasteros. Los músicos de “La Armonía” amenizaron al vecindario con sus alegres músicas.
         Se da la circunstancia de que en el primer día de fiestas, al recibirse en la villa la noticia de que se habían salvado los aviadores tripulantes del Dornier 16 (todo el país estaba pendiente de esta noticia), el alcalde don Casimiro Vistuez convocó a los vecinos a la plaza consistorial desde donde se lanzaron cohetes y hubo música de “La Armonía” para celebrar el feliz acontecimiento en el que estuvo implicado el aviador navarro Julio Ruiz de Alda.

         1954.- La prensa provincial destacó este año la gran animación y asistencia que tuvieron los actos religiosos, especialmente la procesión del Sagrado Corazón de Jesús.
         El día de San Pedro se inauguró el campo de deportes, denominado “Zaltúa”, que fue bendecido por el párroco de la localidad don Manuel Urzainqui. Tras la bendición el C.D. Burgui se enfrentó al Erronkari, que era algo así como la selección del Valle de Roncal, con el que empató a 1. Fue una señorita la que hizo el saque de honor, y la banda de música la que amenizó el encuentro.
         Al día siguiente, día 30 de junio, se celebró un nuevo partido de fútbol entre la juventud de Burgui y las viejas glorias de esta misma villa. Lo que se jugaban era una merienda. Ganó el equipo veterano, y la merienda fue en la Fonda Larequi.
         Los demás días hubo carreras de sacos, de cintas, animados bailes por la tarde y por la noche, así como otros festejos.

         1955.- Comenzaron el día 28 de junio con un chupinazo lanzado al mediodía en la plaza principal. Ese mismo día la orquesta “Fox”, de Larraga, recorrió las calles.
         El día 29, festividad del patrono, hubo pasacalles a primera hora de la mañana a cargo de la mencionada orquesta. Seguidamente se celebró la Misa. Por la tarde en el campo de fútbol “Zaltua” jugaron el C.D. Burgui y el Sangüesa F.C., arbitrando el jugador osasunista Marzá; asistieron a este encuentro espectadores de todo el valle y de los pueblos aragoneses limítrofes; la señorita Mª Luisa Villanueva, vestida de roncalesa, fue la madrina de honor. Amenizó el partido la orquesta “Fox”. El partido acabó con el resultado de 1-2, a favor de Sangüesa. Se obsequió al equipo visitante con una gran merienda.
         El día 30 hubo dianas por las calles de la villa; a las 10 Misa mayor, y a continuación procesión con el Sagrado Corazón de Jesús, con los estandartes de las Hijas de María, Acción Católica y Apostolado de la Oración. Los balcones y ventanas permanecieron engalanados durante el acto religioso. Al mediodía hubo en la plaza diversos actos populares: carreras de sacos, de cintas, rompimiento de pucheros, carreras pedestres, cucañas, etc...; se pudieron seguir estos actos a través de la megafonía. Por la tarde hubo partido de fútbol entre el equipo Juvenil y el Veterano, con triunfo de los primeros, y merienda final en la Fonda Larequi. Hubo también otros festejos como carreras de burros, carrera ciclista y la “gran chocolatada”.
         Los forasteros que acudieron a disfrutar de estas fiestas pudieron ver cómo estaban quedando las calles después de cementarlas y arreglarlas, con un presupuesto de medio millón de pesetas.

(Texto: Fernando Hualde)


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